30 sept 2013

Mujeres que no se rinden (II)

¿Por qué? Se preguntarán todos los días estas cuatro mujeres de la oficina de recaudación de los Barrios, que gestiona la Diputación de Cádiz.
¿Por qué si trabajo no me pagan?
21 meses. Si, estos son los meses que, en un absurdo total, estas mujeres llevan trabajando sin cobrar un solo céntimo.
Un lío de competencias, cesiones y otras mandangas, de la que ellas no tienen la más mínima culpa, las han conducido a este callejón sin salida aparente.
El tiempo pasa y “no pasa nada”. Ahí están, pudriéndose en el limbo de las
administraciones.
Podrían haberse hundido –son demasiados meses. Podrían haberse dado por vencidas. Pero ¡no!. Lo tienen claro. Quieren lo suyo. Quieren una solución justa. Quieren que los responsables que han “generado” este entuerto lo deshagan y dejen de contar ovejitas. Quieren cobrar todos los meses por su trabajo. Quieren que alguien responda de este desaguisado. Quieren una solución rotunda, por parte del Sr. Loaiza.
No es fácil levantarse todos los días para ir a trabajar, sabiendo de antemano que al finalizar el mes, tampoco este mes, nadie les ingresará una nómina en su cuenta bancaria.
¿Saben Vds. cuánto dinero son 21 meses? Más de lo que se les adeuda, porque aquí no se computa el dolor, desesperanza, malos momentos, tristeza e impotencia de estas cuatro mujeres.
Mientras tanto, viven de prestado, para poder pagar la hipoteca y dar de comer a sus hijos.
¡Que las despidan! Al menos, de esta manera, cobrarán el paro. Sí, pero no es tan fácil, porque en esta situación kafkiana que les ha tocado vivir, nadie las puede despedir.
Desde aquí les mando ánimos para que no cejen en su empeño, que no se rindan, que exijan todas las nóminas que le corresponden por estar trabajando día tras día, porque antes o después van a ganar este contencioso. No puede ser de otra manera. Lo contrario sería una aberración contra natura.

Brindo por estas cuatro mujeres luchadoras, se lo merecen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus mensajes son bienvenidos siempre que no falten al respeto de otras personas